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Las modas son algo que van y vienen, como los pantalones de campana ¿Me crees si te digo que ciertos objetos y piezas características de casa de tus abuelos, hoy destacan en interiorismo? La decoración podría considerarse cíclica, evoluciona y se transforma pero siempre conservando la idea base. 

¿No das crédito? Aquí te mostramos las pruebas de que ¡todo vuelve por muchos años que pasen!

Papel de pared: de los 70 a hoy

En los años 70 y 80 destacaba el papel pintado en todas las paredes de la vivienda. Tal era el furor que las estancias del hogar se convirtieron en mini museos de arte.

En la actualidad esta tendencia se ha ‘relajado’, utilizándose tan solo en una de las paredes de la sala. Aún así, el papel pintado sigue impregnado de su esencia inicial: colores vivos, vibrantes y formas geométricas. Por supuesto, a lo largo de los años esta tendencia a evolucionado, pudiendo optar por estampados de todos los colores y estilos: animales, paisajes o estilos más clásicos. Esta opción consigue dar personalidad y profundidad a la pared en la que se coloque y, por ende, a toda la estancia.

Muebles de oficina: el auge del teletrabajo

Después de la pandemia, el teletrabajo cobró protagonismo y con él, la necesidad de trasladar la oficina al hogar. Muebles que tan solo destacaban en despachos y talleres, ahora se encuentran en muchos hogares para crear un ambiente de trabajo más favorecedor.

Puede servirte cualquier mueble: desde los que tenías arrinconados en la casa del pueblo, hasta los que compraste cuando te independizaste y todavía tienes guardados en alguna parte. Renuévalos, ahórrate un dinero considerable y dales una segunda vida. 

Vidrieras en pequeñas cantidades: luz y decoración sin exceso

Es cierto que incluir grandes rosetones y vidrieras enormes podía ser una tendencia muy acuciante en décadas anteriores. Pero en la actualidad, el minimalismo en este sentido ha cobrado una gran relevancia.

Tal y como en todas estas tendencias que estamos recuperando, se siguen utilizando elementos de años atrás, pero llevados a su mínima expresión. Anteriormente se empleaba el vidrio para decorar puertas y ventanas, ahora se reserva para pequeños detalles como lámparas o espejos.

Recupera las lámparas de cristal

¿Recuerdas esas lámparas que tenía tu madre en el salón de casa? Esas de cristal con brazos, hacia arriba o hacia abajo, que en algún momento te parecieron estrafalarias. Pues han vuelto, pero renovadas.

Si todavía conservas alguna en tu trastero, que sepas que puedes modernizarla. Rescátala sea cual sea su tamaño, limpia los brazos con un producto adecuado, repón los cristales que le falten y añade algún toque más actual.

Cabeceros de metal con un color diferente

Los cabeceros de metal pisaron con fuerza en los últimos años del siglo XX. No podían ser más sencillos, aunque jugaban con la geometría para crear formas especiales y darle un toque distintivo a la par que personal.

Aunque han vuelto a estar de moda, ahora el color sustituye al metal: puedes pintarlo de blanco para que quede homogéneo con toda la habitación o, de algún otro color que conjugue bien con los tontos de la estancia. Prueba a lijarlo y darle esmalte antes de pintarlo, esto hará que sea mucho más fácil de renovar.

La vuelta del capitoné

El capitoné fue un estilo habitual durante el siglo XVIII, aunque también se introdujo en la cultura popular en siglos posteriores. Consiste en dar puntos de tensión en una superficie acolchada, dando lugar a unas arrugas que crean formas geométricas sobre la tela.

Aunque estaba destinado a dar elegancia y sofisticación a los salones de palacio, este tipo de estilo se modernizó y popularizó para cualquier estancia de la casa. A pesar de los años que han pasado, sigue siendo un estilo relevante que aporta no sólo distinción, sino también comodidad.

Butacas actualizadas

En realidad puedes optar por modernizar cualquier mueble que tengas almacenado, pero en esta ocasión te proponemos darle un buen lavado de cara a tus butacas.

Puedes retapizarlas con el capitoné o utilizar otros estampados. Incluso decantarte por un color liso para que aporten continuidad a la habitación o, que en su defecto, genere un contraste con el resto de la estancia.

**Fuente: Idealista