Qué tener en cuenta para crear un espacio de trabajo en casa
2 Abr 20Buscar el lugar idóneo
La primera decisión tiene que ver con el lugar elegido para nuestro nuevo puesto de trabajo. Lo ideal es tener una habitación aparte donde colocar todo lo que necesitemos, pero esta condición no siempre es posible porque el tamaño o la disposición de la vivienda no lo permiten.
Si no contamos con ese espacio específico, es muy tentador elegir el sofá porque, a priori, es el lugar más cómodo. Pero solo es una falsa sensación. Es un mueble pensado para el esparcimiento y el descanso, y no para pasar seis, siete u ocho horas trabajando. Además, colocar el ordenador sobre la mesa baja que suele haber frente a él, o sobre nuestras piernas, no es la mejor idea para mantener la salud postural.
Descartado el sofá, y sin una estancia aparte, hay que identificar otro espacio dentro de las posibilidades de cada hogar. Independientemente de las necesidades de cada trabajo, uno de los factores más importantes a tener en cuenta son las condiciones lumínicas.
La luz natural no solo nos mantendrá en contacto con el exterior, también mejora el bienestar y, por tanto, la eficiencia. Además, si la fuente de luz procede de una ventana, siempre podremos abrirla para que el ambiente no se enrarezca. En el caso de tener que utilizar iluminación artificial, es importante que sea lo más homogénea posible para evitar sombras y reflejos. Asimismo, es recomendable optar por luces LED, para no llevarnos ningún susto cuando llegue la próxima factura.
Un pequeño rincón en la cocina o el salón es la alternativa más adecuada, evitando, eso sí, situarnos en una zona de paso. Si se puede separar de alguna manera del resto de la estancia, con un biombo o una estantería, también ayuda a darle mayor identidad y mejorar la concentración. Y, por último, es preferible elegir un lugar alejado de la televisión o de otro tipo de distracciones.
Mobiliario y equipamiento
Como se adelantaba más arriba, usar el sofá como espacio improvisado para trabajar en casa no es buena idea, sobre todo si esa situación es repetitiva o se va a prolongar durante varios días. Es evidente que cada persona tiene unas necesidades, pero se da un factor común: hay que cuidar la salud postural. Es decir, hay que elegir el mobiliario adecuado teniendo en cuenta la ergonomía.
La silla debería cumplir con los mismos requisitos que las que se utilizan en oficinas presenciales: con ruedas, regulable en altura y con un respaldo que permita mantener la espalda recta para evitar molestias y futuras lesiones.
En el caso de utilizar un ordenador portátil, lo aconsejable es colocarlo sobre un soporte que eleve la pantalla hasta la altura de los ojos, y contar con una teclado y un ratón aparte. Para mejorar más las condiciones de trabajo, no viene mal disponer de una pantalla adicional a la que conectar el equipo –sobre todo si el tamaño de la del portátil no excede las 13”– y utilizarla siempre a una distancia adecuada. Nuestra vista lo agradecerá.
Crear un espacio de trabajo óptimo no es una cuestión menor. Hay tantas soluciones como hogares. El espacio disponible, la configuración que tenga la vivienda o el perfil de las personas que vivan en ella son determinantes. Sin embargo, considerar unas pautas básicas ayuda a seguir trabajando en un entorno que favorezca la productividad y, al mismo tiempo, se adapte mejor que nunca a nuestras preferencias y necesidades.