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El estudio de arquitectura Bauwood ha llegado para revolucionar la forma de construir y de hacer negocios en nuestro país. Fundada por dos mujeres, esta firma apuesta por un sistema de construcción industrializado en madera y promete reducir los tiempos de ejecución de un edificio de viviendas a un tercio de lo que se tarda con la construcción tradicional.


¿Qué significa la construcción descarbonizada?

Mireya Reguart: la construcción descarbonizada es empezar a pensar en la construcción y levantar edificios desde otro punto de vista. El primer punto de vista es que no solo hay que levantar edificios nuevos para dotar de nuevas viviendas y nuevos usos que se necesiten en una ciudad, sino también rehabilitar el parque construido existente y dentro ya de lo que es la construcción de obra nueva en general tenemos que pensar en todo el ciclo de vida del edificio, desde los materiales que empleamos hasta los sistemas constructivos, la puesta en obra e incluso ya se está hablando del desmontaje o reutilización de esos edificios para otros posibles usos o para generar otros edificios. Así que la descarbonización es pensando de esa forma global, desde el diseño hasta el desmantelamiento, todo el proceso de vida de un edificio.

¿Y cómo se descarboniza?

Mireya Reguart: Se descarboniza diseñando bien. Por eso nosotras partimos desde una oficina técnica que pensamos en todo ese proceso. Se diseña desde que decides qué material vas a usar. En nuestro caso, frente al uso de hormigón o acero para construir las estructuras hemos optado por la madera. La madera es un material que tiene muchísimos beneficios, es un material natural.

Contribuye al uso del entorno rural de una forma más consciente. Es un material que nace ya con una huella negativa de CO2 y siempre gana en ese proceso de cálculo del ciclo de vida de un edificio, desde el punto de vista de carbono o de recursos a otros materiales, como es el acero y el hormigón. Y después de elegir los materiales que quieres emplear para tu edificio, ya es ver qué sistema constructivo utilizas. Y en ese sentido la industrialización es hacia dónde va a tender o está tendiendo todo el sector, no solo con madera, sino en general con todos los sistemas constructivos. La industrialización lo que implica es que tú construyes en un entorno controlado de una fábrica. Y ya con esos dos parámetros de elección de materiales e industrialización, es montar un edificio pensando en que luego puede ser habitado de otra manera distinta.

Laura Motilla: el sector de la construcción, que ha movido grandes millones y hay tantas empresas interesadas, ha perdido parte de esos valores de cómo explicar al ciudadano la importancia de construir bien y lo único que les importa es el tema económico y el sector es responsable de que el 40% de emisiones de CO2 está generado por el parque inmobiliario. No es una moda, es una necesidad que al cliente hay que saberle trasladar, porque construir bien implica también poner unas instalaciones coherentes con el edificio y hasta ahora se está hablando de poner placas solares para reducir costes, pero no se está hablando de buenas envolventes de edificio o buenos sistemas constructivos para evitar que ese edificio tenga esas pérdidas. Es muy importante que el ciudadano entienda que una buena construcción no parte de poner un sistema fotovoltaico solo.

¿Por qué ahora mismo hay más interés por los ciudadanos por instalar placas solares en los edificios que en cambiar la envolvente del mismo?

Laura Motilla: es un tema de la administración pública, es decir, las ayudas y cómo lo publicitan es otra manera totalmente distinta. Yo todavía no he visto ningún anuncio de nadie que hable de las ayudas de rehabilitación energética tan bien como hablan del tema de los paneles y el apoyo de la administración es fundamental.

También sois agente rehabilitador

Mireya Reguart: las ayudas Next Generation han tenido un punto muy bueno que es que han popularizado la rehabilitación energética, que es reducir la factura energética, no desde instalar unos paneles fotovoltaicos, sino desde la renovación de los edificios, de esa envolvente que hace que un edificio directamente no demande energía. Nosotras trabajamos siempre pensando desde la reducción de la demanda de energía del edificio para que consuma y pida lo menos posible y que la gente luego ya opte por qué instalaciones instalar en su edificio o en su vivienda, si es que las necesita. Con los fondos Next Generation ha salido ahora también una nueva figura que es la de agente rehabilitador. Pero es verdad que nosotros lo llevamos haciendo desde el año 2016, porque lo que es en la ciudad de Madrid ha habido ayudas desde esos años, desde el 2017 que salió el primer Plan Rehabilita, que estaba orientado específicamente para esto, para la rehabilitación energética desde la envolvente térmica. Junto con las ayudas del Ayuntamiento y ayudas que daba también la Comunidad de Madrid hemos rehabilitado ya del orden de 50 edificios: son subvenciones que sumando las dos puedes llegar a un 80% de ayuda directa para tu vivienda.

Ahora mismo lo que hacemos es gestionar y hablar con comunidades de vecinos para comentarles estos beneficios y que en lugar de invertir en un coche, que inviertan en su casa. Porque una rehabilitación completa lo que va a suponer, aparte de una mejora de confort, es que va a revalorizar el edificio.

¿Por qué no terminan de despegar las ayudas Next Generation?

Mireya Reguart: los fondos Next Generation sí están llegando, aunque todavía no hemos visto ningún ingreso en las cuentas de las comunidades de propietarios, pero sí tenemos concedidos proyectos de rehabilitación de cuatro edificios de los 19 que hemos presentado. El problema es el control. La administración no está formada para la avalancha de edificios que necesitan rehabilitarse. Son expedientes muy complejos y desde Europa se pide muchísimo control. Hay dos frenos: inexperiencia de la administración cuando les han llegado las bases y que no sabían exactamente qué nos tenían que demandar a los que solicitábamos, y, por otro lado, los requerimientos técnicos que nos tienen que ir supervisando.

Tener una fábrica de referencia cerca de donde se construye también es importante para reducir la huella de carbono en el transporte

Laura Motilla: nuestro principal aliado es una fábrica española que es la única empresa a nivel nacional que tiene la explotación cero, aparte de la gestión forestal de su entorno. La huella de carbono, además de tener el valor añadido de lo que es un árbol que ya parte de huella de carbono negativa, la fábrica lo que tiene es un estudio de logística en el que sabe cómo transportar la cantidad de paneles necesarios para aprovechar los viajes con el número de camiones necesarios, que eso también suma. Entonces, al final ya no solamente son las virtudes de la madera, sino el poder tener todo el control del proceso de esta fábrica.

¿En qué se diferencian los proyectos de construcción descarbonizada con los tradicionales?

Laura Motilla: la descarbonización también parte de una implantación de lo que es la organización en obra. Tener una obra que dure 18 meses no ayuda a descarbonizar, entonces la gestión industrializada lo que hace es controlar no solamente los procesos que hemos hablado ya de fábrica, sino el control de la gestión de obra. ¿Qué permite la construcción en madera en edificación en altura? como no tienes que estar con apuntalamientos, tú puedes gestionar esa obra desde que has hecho la primera planta. Por lo tanto, si ya vas muy deprisa en lo que es la construcción de la estructura, lo que consigues con una buena gestión de obra es reducir todavía más el plazo por un control de los procesos y de los proveedores. En cambio, la variación de precios durante una obra tradicional está muy vinculada al plazo. Nosotros con la obra industrializada podemos acotar esos costes desde el inicio y también podemos gestionar la obra desde el inicio. Y no estás dependiendo de una mano de obra que no está especializada.

¿Cuánto se tarda entonces en levantar un edificio de viviendas de madera industrializado con respecto a uno tradicional?

Un edificio de hormigón tradicional puede tardar hasta tres meses para levantar la estructura, en cambio uno industrializado de madera estaría montado en tres semanas. Un edificio levantado con el sistema tradicional puede tardar 18 meses, mientras que uno con estructura de madera está levantado en ocho meses.

¿De qué manera ayudáis a los promotores?

Laura Motilla: cuesta mucho convencer a los promotores. El promotor grande se suele echar para atrás cuando tú le das un precio cerrado, que siempre es un poco superior al que se da en obra tradicional. Todavía no es capaz de ver que esto es real, porque hasta que no levanten un edificio y vea que los controles de coste han sido los que se han dicho al inicio de obra, aunque al principio le parecerán más caros, todavía no se lo cree. Entonces, prefieren partir de una obra tradicional que creen que tienen controlada, pero luego no se han dado cuenta de que esa obra tradicional ha acabado al final bastante más cara de lo que se había dicho inicialmente y en un plazo más largo. Con un sistema industrializado de madera el tiempo de finalización de la obra se reduce a la mitad.

¿En qué proyectos de rehabilitación y de obra nueva estáis inmersos?

Mireya Reguart: ahora estamos trabajando en todo Madrid y aunque antes los barrios a los que estaba más orientada la rehabilitación eran los de menos recursos económicos, ahora hay edificios para rehabilitar en todas las zonas. Tenemos ahora mismo un proyecto en Paseo de La Habana, Madrid. Seguimos trabajando en el barrio del aeropuerto, Barajas, que hemos rehabilitado un barrio entero. Y tenemos en marcha 25 proyectos de rehabilitación de edificios. Y en cuanto a obra nueva, contamos con un buen número de chalets y edificios de cuatro o cinco plantas.

**Fuente: Idealista