El sector residencial adapta su actividad al nuevo ciclo
5 Mar 21El mercado residencial fue uno de los más castigados durante la crisis del 2008, sin embargo, las empresas hicieron los deberes. Sanearon sus balances y apostaron por procesos y proyectos más meditados, adaptados al momento del sector y por tanto, con menor riesgo. Esta nueva realidad del sector inmobiliario ha demostrado ser más eficiente en una nueva etapa de crisis como ha sido la del Covid. Así, ha logrado soportar el golpe de la pandemia, que supuso una paralización de las obras y restricciones de movilidad que han afectado durante unos meses a las operaciones y siguen impactando en la demanda extranjera. Las cifras que ha logrado el mercado residencial durante 2020 y las que se manejan para este año demuestran que se ha convertido en un sector más flexible y con capacidad de adaptación, lo que le permite corregir con cierta rapidez su actividad para adaptarse a la nueva situación del ciclo. Así, en el último informe inmobiliario de Servihabitat se señala que el sector se mostrará más cauteloso a la hora de iniciar nuevos proyectos ante la incertidumbre y las restricciones en materia de financiación motivadas por la pandemia. Ya en 2020 las promotoras bajaron el ritmo, reduciendo el número de viviendas iniciadas en un 19,9% hasta las 87.215 unidades. Una acción que protege el precio del producto de obra nueva a futuro, al acompasar la oferta a la demanda tras el Covid.
Según Servihabitat esta moderación se extenderá a lo largo de este ejercicio, ya que se espera que en 2021 se inicien algo más de 86.500 unidades, lo que supone un descenso del 0,7%. El informe explica que, en cambio, la finalización y entrega de obra se reducirá en menor porcentaje en 2020, un -11,6 %, cerrando el año con unas 69.000 viviendas terminadas, y se espera que el ritmo vuelva a los niveles pre-COVID ya en 2021, con crecimientos de un 16,6% respecto a 2020, lo que equivale a más de 80.000 viviendas terminadas, recuperando la sintonía con los proyectos iniciados y completando su finalización.
*Fuente: El Economista,